Capítulo XI. Un espectador en las gradas del Torneo
Ciudad de Berlín, Capital del Gran Imperio Alemán
Año 3029
1ro de Agosto. Día de la Gran Final
17:30 P.M.
3:30 Horas para el inicio
Suena un
tambor. Su redoble hace temblar mi cabeza. Pasa un anuncio publicitario. Te
preguntas si realmente estas vivo, o si toda tu vida ocurrió sólo para esperar
este momento.
Quieres que
pase rápido el tiempo. Ansiedad. La transpiración corre por tu espalda mientras
tus ojos corren de un lado al otro de sus cuencas, como queriendo salir,
desorbitados.
Desdoblamiento
y alienación. Un mar de notificaciones. Leo, abro, descarto. Veo varios videos
a la vez mientras pongo en segundo plano mi realidad inmediata. Información
pasando por mi cabeza sin mi permiso. ¿Qué es esto?
Un mar de
eufóricos gritos llega hasta mis oídos. El mundo exterior. Los preparativos. El
presentador ya anunció a los Competidores, describiéndolos uno por uno, sus
armas, sus poderes, su procedencia, su historia, mientras la pantalla del
estadio pasaba impresionantes imágenes.
Daría lo que
fuera por poder volar. O poder estrujar personas con mis manos como si fuesen
mantequilla. Los humanos somos jodidamente patéticos. Las máquinas se van a dar
cuenta que somos obsoletos y nos van a descartar. Más notificaciones. Las
rechazo. Faltan pocas horas para el Torneo. No me importa más nada. Estoy
adentro. Aun no puedo creerlo.
Tres horas.
Tres horas. Tres horas. Tres horas. Tres horas. Tres horas. Tres horas.
Escucho los
ruidos del Domo sin entender. Es como tener la vista nublada, no distingo, la
emoción me ciega. Tengo la garganta seca y un sabor extraño en la boca.
No quiero
pensar. No sé porque la gente necesita palabras. Todo es inexacto con ellas.
¿Cómo describir la sensación que experimenta mi cuerpo ahora? Sólo viviendo
adentro mío lo sabrían. Sólo sabiendo mi historia y la de mis antepasados
sabrían porque estoy tan desesperado por este espectáculo. Sólo viviendo dentro
de mis noches sin dormir, imaginando cada choque, sólo recorriendo conmigo las
estancias de mi ensueño, en donde soy rey y esclavo, creador y creado, en donde
el mundo se desarrolla constantemente como un brote de primavera, furioso ante
mí, ansioso como mi deseo impaciente, sólo así entenderían.
¿Quién puede
necesitar las palabras, las reinas de la incomprensión? ¿Quién puede querer equivocarse
a propósito, como un juego absurdo en donde ya perdiste antes de empezar?
¿Quién puede desear meterse en semejante caos solo, a desenmarañar este ovillo
de tramas oscuras, lleno de historias trágicas e incongruentes?
Siento una
música en el fondo de mi cabeza. ¿O será afuera? Mejor me concentro en la
pantalla, a ver si todavía me pierdo el comienzo.
Obleas de
caracol. Cajas con productos. Vidrio reforzado. Doble y triple. Estoy perdiendo
la cabeza. Cabeza que estoy perdiendo. Perder es la cabeza de la cordura.
Corder la baqueza de la espesura. Choque de reyes. Choque histórico. Sangre. Y
yo en primera fila. Rec. Grabar. Reproducir. Play. No funciona. Sistema
nervioso colapsing. Assistance required. Chin chin, gomez d´acuhna.
Me parece
que me están llamando. Hijo de dios, acuda a caja tres. Suplico perdón. Suplico
absolución. No sé si aplico para la plataforma de disculpas. Obsequios a los
principales jueces. Chantaje. Blindaje. Coraje. Esfumar la realidad es otra
forma de fumar la espuma de los días.
Ojalá
termine rápido. La espera es una tortura. La mente se me sale de las casillas.
Nací para este momento. Y cuándo termine, ¿que sigue después?
Espero no
tener conciencia para tener que averiguarlo.
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